Hay varias cafeterías repartidas por el campus. Me sorprendió mucho que elijes la taza de cerámica que más te gusta, te pones el café de un termo, pones la leche o lo que quieras y lo pagas. 0,90 euros el café, pero te puedes poner lo que quieras, como si te llenas la taza a reventar. Esto también pasa en la cantina, donde cada uno se pone la comida que quiere y después pagas al final. Los primeros días los españoles nos metíamos unos platazos de infarto mezclando de todo, pero ahora ya nos vamos controlando (algunos :p). Luego también hay una zona donde te puedes cojer teóricamente un plato de ensalada a tu gusto, pero vamos, que nadie mira si cojes dos platos, si repites o cuánto te pones. La gente es muy cívica y respetuosa, por lo que no hay ningún problema en tener las cosas con este grado de "libertad".
Vte
viernes, 14 de septiembre de 2007
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