viernes, 29 de agosto de 2008

Hace ya un año...

Hace ya un año desde que empezamos a preparar maletas, compramos ropas de abrigo, nos despedimos de nuestros amigos y familiares y emprendimos un viaje en avión hacia una pequeña ciudad del norte de Finlandia.

Es muy dificil contener la emoción al recordar aquellos instantes, aquellos primeros momentos, ese miedo, esa curiosidad por ver que nos depararía el mañana.

Una experiencia realmente inolvidable, sensaciones desde el más absoluto desamparo y añoranza hasta un apego y tristeza por despedir a gente que solo conocía hacia pocos meses.

Recuerdo perfectamente mi llegada a Oulu, era un sábado 1 de septiembre, llovía intermitentemente y la mínima aquel día fue de 1 grado centígrado. Pasamos de vestir con manga corta, bermudas y chanclas a vestir vaqueros, jerseis, chaquetas y hasta gorro y guantes en tan solo 24horas.

Fue un shock el pasar de mi pequeña ciudad costera bañada por el Mediterráneo con palmeras por todas partes a, de pronto, verme en un entorno gris, frío, rodeado por enormes árboles, lagos y frondosos bosques.

Me hizo dudar de mi elección cuando vi por primera vez aquella ciudad a todas luces pequeña, con casas diseminadas aquí y allá, con un bosque omnipresente, agobiante y amenazador cuando se escondía el sol temeroso del frío finlandés. Los primeros contactos con los extraños fineses colaboraron sin duda a esa sensación de añoranza, melancolía y hostilidad que me proporcionaron aquellas primeras tomas de contacto.

Todo me pareció, desde el clima, el entorno, la ciudad y los fineses algo tan diferente a lo que mi mente asociaba con normalidad, calidez y tranquilidad, que dio una impresión como si súbitamente me hubieran exiliado a la fuerza a una región siberiana.

Menos mal que esa sensación de aislamiento, de lejanía, un ¿qué demonios estoy haciendo yo aquí? se fue alejando gracias a compartir esos primeros momentos con muy "uena ente" que, sin duda, se convirtió rápidamente en mi nueva familia, mis amigos, en definitiva, parte de todo un micro-mundo que creamos a partir de ayudarnos, montar fiestas, y en definitiva de sacarle partido a esa nueva situación y pasar a disfrutar de todo lo que hacíamos en aquella inhóspita ciudad del norte de Europa.

Pasé experiencias inolvidables, viajes inigualables y viví amistades y romances intensos como nunca he vivido.

Nunca podré olvidar la primera impresión de aquel lugar, así como nunca podré olvidar la gente que conocí en Oulu, y es que sin todos vosotros, aquello seguiría siendo para mi un lugar frío, distante, una pesadilla helada de la que me hubiera querido despertar.

No importa lo que hagas, ni a dónde vayas, lo que importa es con quién lo hagas.

Vicente